Mensaje
por ecp_mjb » Viernes 08 de Noviembre de 2024, 10:30
Ni Gilsanz ni Burno ni Cannavaro tiene experiencia suficiente para saber si serán buenos, regulares o malos entrenadores; por eso lo lógico y normal en estas situaciones es contratar a un entrenador contrastado, y sólo en circunstancias especiales hacer la apuesta por alguien de la casa, al que, pese a su falta de experiencia, o mejor dicho aún, de una carrera contrastada, al menos los que lo contratan ya lo conocen, por lo que deberían tener una idea suficiente para conocer su potencial, de la misma manera que se "asciende" al primer equipo a un jugador canterano. Y también está el efecto simétrico, sin duda beneficioso, y es que Gilsanz conoce el club y los jugadores de la primera plantilla más que cualquier otro aspirante al puesto, o al menos debería conocerlos. Doy por hecho que los vería entrenar y jugar con cierta frecuencia. Y esto también es importante, ya que debe permitirle obtener resultados desde ya, y no estar dando bandazos un par de meses, como si hiciésemos una segunda pretemporada.
De todas formas, no hay que mezclar las dos cosas que implica la experiencia. Por un lado, es evidente que la experiencia implica un aprendizaje, lo que siempre será positivo ya que, a todos los entrenadores, incluidos los malos, les permitirá mejorar algo (después están los muy malos y/o tozudos, que ni con esas mejorarán), pero por otro lado está también el hecho de que esa experiencia implica un historial como entrenador, gracias al cual todo sabemos si son mejores o peores. Lo resultados pasados no garantizan el éxito ni el fracaso, pero dan una buena pista sobre la capacidad de cualquier persona... y esto vale para cualquier ámbito de la vida. Creo que el ejemplo "negativo" de Benítez/Giráldez en el Celta es el más claro y reciente de esto, pero siempre vamos a tener más probabilidades de conseguir mejores resultados con un entrenador que ya haya demostrado que es capaz de obtener buenos resultados que con uno que aún no haya entrenado "a nadie".
A mí, de todos los nombres que sonaron me hubiese parecido bien que fichasen a Pacheta o a Sergio. No me hubiesen parecido mal Ramis, o incluso Paco Jémez, siendo consciente del riesgo que supone alguien de su carácter y filosofía de juego. Pero resultaría absurdo hacer apuesta por gente como Bruno o Cannavaro, los cuales están intentando empezar en esto y a los que además ni conocemos nosotros ni conocen los que se supone que pretendían contratarlos. Era como tirar una moneda al aire con la que sólo ganábamos si caía de canto. Porque la gran mayoría de los que intentan convertirse en entrenadores son malos, o al menos tienen carreras mediocres. Pocos son los que llegan a la élite, así que en nuestras circunstancias lo "seguro" sería haber contratado a alguno ya contrastado... y rezo porque Gilsanz haya sido elegido con el conocimiento y convencimiento de que tiene el potencial suficiente para conseguir buenos resultados, aunque no fuese la primera opción.