Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano y un Pothos

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Dukros
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Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano y un Pothos

Mensaje por Dukros » Martes 16 de Julio de 2024, 12:50

Imagen

Ante petición popular, he recopilado todas las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano en este hilo.

Si los mods lo ven bien y me dan permiso, seguiré ampliándolo en el futuro con nuevos episodios :mrgreen:

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19/01/2024 - LUIS CHACÓN SE HACE DE ROGAR
"Nada, el Luis Chacón éste se está tomando su tiempo y los días pasan. Me estoy quedando sin opciones de mediapuntas que caen a banda y puedan jugar en todas las posiciones de arriba". Fernando tamborilea con los dedos sobre la vieja libreta de Rosende. Ha llamado ya a diecisiete representantes y muchos han pedido el oro y el moro o, incluso en algunos casos, le han mandado directamente al carajo.

"Mierda, no sé qué hacer... Tal vez debería preguntarle a Juanjo Expósito si tiene algún nombre. La última vez que supe de él estaba ojeando jugadores en la Preferente de La Rioja, allá por septiembre... ¿Seguirá trabajando para nosotros? Joder... ¡No puede ser tan difícil encontrar a alguien! ¡¿POR QUÉ!?"

¡BAM! Fernando golpea con sus dos puños sobre el escritorio y, de pronto, le sorprende un ruido seco. Algo se ha caído al suelo. Mete la cabeza bajo la mesa y allí, con restos de cinta adhesiva aún adheridos, hay una pequeña libreta azul oscura. Debía estar pegada bajo la mesa. Estira la mano y la coge. No tiene nada escrito por fuera, así que la abre por la primera página. "Propiedad personal de Carmelo del Pozo Escribano. Por favor, devuélvase a su dueño si la encuentra".

"¿Carmelo?" se pregunta Soriano. "¿Quién demonios es Carmelo? A saber de cuándo es esto...". Rápidamente hojea las páginas, llenas de nombres y datos de jugadores. "Anda, debió ser otro director deportivo que pasó por aquí... ¿De tiempos de Lendoiro, quizá?". Hacia el final de la libreta, un nombre llama su atención "Longo. Ja, ja. Samuele Longo. Tiene gracia el nombre. A ver cuándo se jubiló el tipo este...".

Fernando tira de móvil y busca en Google: "Samuele Longo Transfermarkt". Lo que descubre le deja boquiabierto. Siente entonces un temblorcillo en la barbilla y le embarga la emoción. "Pero... pero.... ¡si es un delantero! ¡Y aún en activo! A ver, en la libreta había un número de teléfono. No pierdo nada por llamar... rápido Fernando, antes de que se te adelante otro club y te quedes sin nada... ¡otra vez!"

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22/01/2024 - HOLIIIIII
-Aghhh, mierda, ya es otro odioso lunes... -murmura Fernando Soriano estirándose tras dejarse caer como un fardo en la silla de su despacho.

Sus ojos se van al calendario de la pared. Debería acercarse y tachar los dos últimos días del fin de semana. No puede dejar de mirar el día 31, señalado en rojo. Pero bueno, al menos el equipo ganó anoche. Massimo le había dejado caer en aquel violento encontronazo por el pasillo que si volvía a perder el equipo con mala imagen, La Propiedad iba a tomar cartas en el asunto directamente. Y no le había gustado nada la entonación mafiosa que había usado para decirlo. Aunque tal vez eran imaginaciones suyas. ¿Acaso no todos los italianos suenan como mafiosos?

-¡Holiiii!

Esa voz suave y remelosa. Ese retortijón inmediato en la boca del estómago. Sus ojos se dirigen hacia la puerta, abierta. Bajo el dintel un hombre de pelo rizado se apoya con el hombro contra el marco.

-¿Te gustó lo de anoche?

Fernando trata de decir algo, pero su labio solo tiembla, mudo. "¿Pero qué me pasa?"

-Sé que te gustó. La verdad es que los chicos hicieron un partidazo, aunque está mal que yo lo diga -Imanol entra en el despacho y se sienta en la silla frente a su escritorio, sin pedir permiso-. Me contaron que el otro día diste una rueda de prensa y que... me diste todo tu apoyo. -dice con esa voz suave, clavando su mirada tierna y sincera en los ojos de Fernando, al que ya le ha dado un tic en el ojo derecho, como las últimas veces.
-Eh... sí, sí. -consigue articular palabra.- Gran partido, te felicito, Imanol... Sabes que desde la dirección nosotros siempre... ehm...
-No te vi en el vestuario -le corta Imanol-. Pensé que vendrías a vernos tras el partido. A los chicos... y a mí.

Un silencio largo e incómodo, pero Imanol sonríe y no deja de mirarle. Otra vez esa punzada en el estómago. ¿Debería tomar algún antiácido?

-Ya, ya, mucho lío con lo del mercado de Invierno -consigue decir Fernando-. Y no quiero ser descortés, pero... -y señala el teléfono-. Muchas llamadas que hacer, Imanol...
-Tranquilo -Imanol se levanta, sonriente-. Si necesitas preguntarme por algún fichaje concreto, sabes donde encontrarme. Que tengas un bonito día, Fer.
-Eh... Gracias... ¿Nol?

Imanol sale del despacho con una risita cómplice. Fernando se queda helado en su asiento. Tiene mucho en lo que pensar sobre lo que acaba de pasar, pero mira el teléfono y sabe que es lunes 22 y el tiempo se agota. A ver si el representante de aquel tal Chacón le da alguna alegría ahora cuando le llame.

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25/01/2024 - SE NOS VA EL MERCADO DE INVIERNO
¡Slurp slurp slurp slurp! Ahhhh...

Soriano termina de sorbetear el café humeante y deja escapar una bocanada de aire caliente. "Joder, día 25 ya... Veamos... ¿Quién más nos queda?"

En la pantalla de su ordenador está abierto el Football Manager 2024. 40€ le costó, que los tuvo que poner de su bolsillo anteayer. Pero su sobrino le ha dicho que es la mejor base de datos sobre futbolistas que existe, y el chaval es un frikazo de eso, así que no perdía mucho por intentarlo.

La partida no ha avanzado ningún día, está a 15 de Julio, y ni tan siquiera ha preparado una táctica ni ha leído lo que tiene que decirle el presidente sobre la cultura del club y lo que esperan para esta temporada. Soriano ya sabe eso, no tiene que decírselo un maldito videojuego... porque ya se han encargado de írselo diciendo a lo largo de la temporada todo tipo de directivos que dicen hablar en nombre de La Propiedad.

Lleva media hora navegando por los equipos de Segunda División, a ver si aparece algún nombre que le llame la atención. "A ver el Racing, que me suena que hace no mucho estaba en Primera RFEF, seguro que le quedará algún chavalillo que no da el nivel para segunda... Anda, mira éste, 20 añitos, así que sub23, Yeray Cab... cabezón... ah no, Cabanzón. ¿Cabanzón? Sí, he leído bien. Bueno, Yeray para los amigos. Y dice aquí que es extremo y centrocampista. ¡Oye, pues ni tan mal! Voy a llamar a las oficinas del Racing, a ver si me dan el número de quién lleva a este tío"

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30/01/2024 - FICHAJE DE INVIERNO SOBRE LA BOCINA
-Po-por fav-vor... Fi-firm... firma aquí. -dice Fernando, tembloroso, extendiendo el contrato sobre la mesa y haciendo rodar su bolígrafo Bic mordisqueado.

Raúl Alcaina mira confuso al director deportivo del Deportivo de La Coruña, pero ya está todo hablado, así que se encoge de hombros y firma el contrato donde pone "El Interesado".

-Gra-gracias. GRACIAS. Bie-bienvenidos a este gr-gran club -Fernando Soriano le estrecha la mano efusivamente a él, y a continuación, a su representante, un tipo barbudo trajeado-. Si-si me pe-permiten, tengo que seguir tr-tr-trabajando- dice, indicándoles la puerta de la salita.

El jugador y su representante se despiden amablemente. Parecen contentos y satisfechos.

En cuanto se cierra la puerta, Fernando se derrumba y cae de rodillas. Mira al cielo (o bueno, al falso techo) y, ya en la intimidad y liberado de la presión, por fin, las lágrimas corren por sus mejillas. Una sonrisa de oreja a oreja que da un poco de grima le desfigura el rostro.

-¡UNO! ¡POR FIN! ¡TENGO FIRMADO UN DELANTERO! ¡Y CON DOS DÍAS DE MARGEN! Creo que me iré a Betanzos a celebrarlo, me han dicho que hay unas tortillas exquisitas

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29/06/2024 - VALCARCE NO SE QUIERE IR
-Ya... entiendo... Así que no se le puede rescindir así como así... ¿Y habéis probado a amenazarle con..? Ya... Bueno, pero ¿y mencionar a algún familiar? Eso siempre acojona... Ya... comprendo... claro, claro, no si yo no digo que hagáis algo ilegal, solo digo que un sustito a tiempo, sin mayores detalles... ya... sí... nada, ya me encargaré yo... ¿mano izquierda? ¡Pero si tengo solo dos días para rescindirle! Ya, ya... Bueno, venga, ya me encargo yo, joder...

Soriano cuelga el teléfono móvil. "Buffete de Abogados - Llamada finalizada" luce momentáneamente en la pantalla antes de irse a negro.

"Bufffffff" resopla Fernando Soriano estirándose en la silla de su despacho. No puede evitar mirar hacia la puerta. Detrás está esperando Pedro Bravo, el representante de ese pechofrío, Pablo Valcarce. Menudo vago redomado. Aún resuenan en su cabeza las palabras de Imanol, con esa voz tan sexy con la que le suele susurrar en los encuentros por los pasillos: "El Valcarce ese, Fernandito... Menudo pieza. Cuando les pongo a dar vueltas al campo... a correr, ¿sabes? siempre va dos vueltas por detrás de los demás, como si no quisiera entrenar. ¿Vosotros le estáis pagando el sueldo? ¿Os está haciendo algún pulsito? Yo no he visto nada igual. ¿Cuántas temporadas dices que le firmaste...?".

Fernando tamborilea sobre la mesa mientras mira el reloj de la pared. Le quedan dos días, no puede demorarlo más. Aprieta el botón del interfono y dice con voz asqueada: "Mamen, haz pasar al caballero". "Sí, ahora mismo, señor Director Deportivo", responde una voz femenina al otro lado. Soriano no puede evitar esbozar una sonrisilla, le encanta cuando oye la fórmula que obligó a la secretaria a recitarle cada vez que le hablase por el interfono. "Señor Director Deportivo", qué bien suena, joder.

La felicidad le dura poco. Una cara exultante de un hombre trajeado mascando chicle, con una pulsera rojigualda y un amasijo de pulseras de cuero en las muñecas, entre las que asoma un reloj dorado de alta gama. "Es de los chinos" se trata de convencer Fernando, a ver si así le produce menos asco el personaje.

-Don Pedro Bravo -dice Fernando levantándose y extendiendo la mano para estrechársela, forzando una sonrisa que, aunque él no es consciente, luce más falsa que un billete de 7 euros- Es un placer tenerle por aquí. ¡Qué ganas tenía de hablar yo contigo y aclarar las cosas!

El representante de Pablo Valcarce se sienta con parsimonia, ignorando la mano extendida de Fernando.

-Fernandito... No me jodas, Fernandito. -esa sonrisa de vendedor de aspiradoras no se le borra de la cara mientras coloca unos papeles sobre la mesa- Vamos, que no tengo todo el día, y seguro que tus abogaduchos ya te han dicho que no podéis echar a mi chico alegando Ineptitud Sobrevenida, el artículo nosecuantitos del codigo nosequé, o las otras mierdas que me trataron de colar. Quiero a mi representado, Pablo Valcarce, como el capitán general del Deportivo de La Coruña 2024-2025 para volver a primera división por la puerta grande. Y lo quiero renovado por 3 años más antes de que salgamos de esta reunión. Ni un año menos.

El rechinar de los dientes de Fernando Soriano, que aún mantiene el brazo extendido hacia la humillación, lo oye hasta Mamen, la secretaria. "Vamos, Fernando, que tú estuviste a punto de no llegar a Diciembre" se dice Fernando para sus adentros. "Cabeza fría, mano izquierda, y a ver cómo toreamos a este imbécil..."

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10/07/2024 - EL PATRÓN
-¿Pero cómo que Ander Cantero no va a venir? ¡Si ya teníamos un acuerdo...! No, ya... pero estábamos esperando a... sí, ya sé las fechas en las que estamos, pero yo te había dicho que... ¿Cómo? ¿Encima al Burgos? ¡El Burgos! Pues... pues... ¡Que le den morcilla! ¡Y a ti también! ¡Adiós!

Fernando Soriano lanza el móvil sobre el escritorio. "10 de Julio, cero fichajes" se dice mientras mira el calendario que cuelga en la pared, ya algo desteñido porque el sol que entra por la ventana le da de lleno hasta mediodía. De pronto, suena el interfono.

-Mamen, ya he dicho que no me molestes, que estoy con llamadas importantes -dice Fernando, apretando el botón del interfono mientras habla al altavoz.
-Pero Señor Director Deportivo, ha venido... es...
-A mí como si es la Madre Teresa de Calcuta resucitada. Que espere como todo el mundo.
-Pero...

La puerta del despacho se abre súbitamente.

-Buenos días, Fernando. -Fernando se pone en pie de un salto, la expresión le ha cambiado de golpe.
-Bu-buenos días, Señor Propiedad. Digo... Su Propietísima... digooo... ehm... señor Escotet, don Juan Carlos. Mucho gusto. ¿A qué se debe su grata presencia en esta, mi humilde morad... despacho? No sabía que iba a honrarnos con su presencia -de pronto, a Fernando se le va la vista hacia dos latas de Coca Cola de anteayer tiradas sobre el escritorio, y... ¿eso que asoma de una servilleta son los restos del sándwich de pollo y huevo duro de ayer?
-Nada, nada. ¡Siéntate, Chamo!. No sabía que ahora tenía que avisar para pasearme por mis oficinas.
-Oh, claro. No, no, desde luego que no, faltaría más, su eh... Ilustrísim.... Excelentísima Propied... Señor Escotet. -mierda, piensa Fernando, ¿cuál era el protocolo interno que les habían pasado sobre cómo referirse a él?
-Bueno, venía para contarte personalmente que de ahora en adelante puedes dejar de referirte a mí como "La Propiedad" -dice Juan Carlos Escotet sentándose con suaviad en la silla que hay frente al escritorio de Fernando, que sigue de pie, petrificado-. He movido un par de hilos y creo que de ahora en adelante voy a ser el patrón del barco, no solo el dueño de la Naviera.
-¿Có-cómo dice?
-Sí, que voy a ser tu patrón. El presidente del club, vamos. Total para lo que hacía el anterior... Así que cuando vayas a hablar sobre mis... nuestros intereses generales, no hace falta que hables de La Propiedad. De ahora en adelante te referirás a mí como "El Presidente". Oh bueno, si lo prefieres... "El Patrón". ¡Ja, ja, ja, ja! -suelta una sonora carcajada Escotet, revolviéndose en la silla. -Me gusta lo de Patrón, eh? Tiene gancho. Ja, ja. Así que ya sabes lo que tienes que hacer.
-Eh... sí. Claro Patrón. Lo que usted diga Patrón. Como usted mande, Patrón -dice Soriano, atropelladamente y bajando la mirada, servil.
Cónchale, Fernando! -Escotet cambia el gesto; sube el tono y arruga la frente, molesto- ¿Ni una broma entiendes o qué? Que Patrón, ni que patrón. ¡No has entendido ni una vaina!

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12/07/2024 - ¿FICHAR? ¿QUÉ ES ESO?
Tic, tac, tic, tac, tic, tac.

¿Desde cuándo está ese reloj de madera con péndulo en esa pared? , se pregunta Fernando mientras sigue con la mirada el vaivén del péndulo. Mira entonces el calendario, justo al lado. Talleres Longueira. Había una foto de un Fiat Multipla justo debajo del título "Julio", pero el sol lo ha desdibujado y ya apenas se aprecia la belleza de tan legendario modelo automovilístico. Un coche único. Incomprendido. Solitario entre todos los demás coches... ¡Cómo le entiendo!. Las fechas del calendario, sin embargo, aún se intuyen. 12 de Julio. Se está haciendo largo el verano.¿Cuándo acababa el mercado? ¿Era en Octubre, no?, se pregunta Fernando Soriano mientras hace cálculos mentales.

Bzzzzssssbzzzzzzzssss...

Maldita mosca. ¿Por dónde habrá entrado? Si tengo la puerta y la ventana cerradas... Seguro que Mamen la dejó entrar cuando vino antes a traerme el café, se dice mientas sigue con la mirada desganada el ir y venir errático de un pequeño punto por todo el despacho.

¡Clin-clon!

De pronto, un sonido corto y estridente en su móvil. Alarga la mano y lo trae hacia él. Desbloquea. "Imanol mi Amol", reza en el contacto de Whatsapp. "Oye, ya estamos con la pretemporada aquí en Abegondo. ¿Para cuando un par de chavales nuevos?". Soriano resopla. ¿Ya han empezado a entrenar? Pfff... Voy a tener que empezar a moverme, joder. Pero es que con este calor... Cómo se nota que solo los directores deportivos trabajamos en Verano... La gente no es capaz de hacerse una idea del sacrificio que... . ¡Clin! Otro mensaje de Imanol mi Amol. "¿Y qué hace aquí Kerry Caverga o como se llame? ¿No me dijiste que le ibas a dar puerta? Bueno, al menos de momento nos hace bulto en los entrenamientos y no parece que entreno a un equipo de basket Jajajaja [varios emoticonos de risa con lágrimas. Y tras un largo segundo, otro emoticono con un guiño]."

Pffffffff.

Resopla más largamente Soriano. Agh... Bueno, manos a la obra. A ver esas libretas que tenía por ahí... la del Ibiza y la del tal "Caramelo" del Pozo. ¡Ah! ¿Y no había una de un tal Barral? Seguro que ahora que estamos en segunda ya no nos dicen tantos jugadores que no, como la última vez... ¿no?
Última edición por Dukros el Sábado 01 de Febrero de 2025, 23:39, editado 2 veces en total.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Viernes 19 de Julio de 2024, 11:31

19/07/2024 - Football Manager 2024

Bueno, bueno, bueno, Fernando. Lo estás haciendo de rechupete, dice Fernando estirándose en la silla. Ante él, el monitor del ordenador muestra una pantalla del Football Manager 2024, abierto por la página de "Ojeo". Soriano nunca ha sido mucho de videojuegos y aún no se ha dado cuenta, pero en amplitud de Ojeo pone "Divisiones cercanas", por lo que solo le salen jugadores de España. En el listado aparecen una serie de nombres ordenados por edad de mayor a menor: Cristian Herrera, Diego Pampín, Hugo Novoa...

Este juego es maravilloso. Es súper real. Mira cómo he podido fichar yo solito a tres tipos en la vida real gracias a ojearlos en el juego, sonríe, satisfecho. Al Pecho-Ramón éste no lo conocía, aunque eso no es problema porque con Ximo esa banda está segura. Además le dan un 8,5 mis ojeadores del juego. Es todo un jugadorazo: un 12 en determinación, un 13 en sacrificio, un 13 en pases... ¡y un 15 en anticipación! Y luego está el Escudero ése, que yo lo recuerdo de haberlo visto en su día y todo, ¿en el Sevilla, era?, ¡y no jugaba mal, para segunda nos vale seguro!.

Se estira en su silla. Sobre la mesa aún está el contrato de Sergio Escudero, firmado por el representante hace escasos treinta minutos. Y su olor a colonia empalagosa y barata del Mercadona mezclada con recuerdos de una ducha reciente con gel de ducha Magno, que aún flota en el ambiente y que con la ventana cerrada no tiene por donde irse.

Fernando se frota la barbilla, pensativo. Hace cuentas mentales del presupuesto que le ha prometido El Patrón para la temporada, y no para de darle vueltas a su críptico mensaje de la última reunión:
“Fernando, Chamo, deberíamos impulsar, con la máxima prioridad posible, la atracción de talento alejándonos de los estereotipos normativos condicionados por el hemisferio cerebral predominante. Y debemos de ser capaces de hacerlo optimizando los recursos disponibles. Sé que la vaina ésta es un desafío, pero tengo la absoluta confianza en tu capacidad para cumplir con los objetivos que hemos establecido.”

¿Con esto se refería a que tengo que gastarme el dinero asignado en un delantero top? ¿O que debo seguir sin gastar nada con fichajes a coste cero? ¿Y... y si... y si me ha tratado de decir algo completamente diferente a lo que estoy entendiendo? .

Su frente se perla de sudor. No es el calor; el aire acondicionado está a tope. El cuello de la camisa de pronto le aprieta más de lo normal. Un escalofrío por la espalda. Imágenes de tortillas con el interior casi crudo le vienen a la mente y tiene la necesidad imperiosa de respirar una bocanada de aire enorme, así que corre atravesando medio despacho y abre la ventana de golpe. El corazón se le quiere salir del pecho, pero el aire cálido y húmedo que llega desde el mar empieza a darle un poco de paz.

Bueno, Fer. Tranquilízate. Vamos paso a paso. Lo mejor será dejar el delantero para el final. Con algo de suerte volverá a pasarse por aquí El Patrón antes de que tenga que hacer los fichajes gordos y me aclarará el asunto. Vamos primero con las otras posiciones menos importantes, como el suplente de Jurado o el otro lateral izquierdo. Con eso no creo que enfademos al Patrón... ¿Verdad...?.

Una nueva imagen de una cuña de tortilla de patatas escurriendo sus tripas sobre el blanco de un plato le viene fugaz a la mente y Fernando decide apretar fuerte la frente y borrar esa terrible visión de su mente. Tiene que salir. Será mejor que salga a darse un paseo a la calle. Coge atropelladamente las llaves y el móvil que tenía sobre la mesa y sale de su despacho. Mamen, la secretaria, le sonríe con asco, como siempre hace. Nunca le ha caído bien esa mujer. Pero Massimo dice que se aguante, que al Patrón le cae bien.

Dobla la esquina y recorre un largo pasillo antes de llegar a una sala grande. De pronto, un sudor gélido. Nota las pulsaciones en las puntas de los dedos. El Patrón está allí, silbando felizmente "In the Navy" y con... con... ¿es eso una gorra de capitán de barco?

-¡Cuarenta días, Fernando, mi Chamo! -le espeta, sonriente- ¡Cuarenta días te quedan! ¡No olvides de lo que hablamos! ¡Tengo plena confianza en ti!

Fernando nota una presión terrible en la vejiga. Deja escapar una risa forzada mientras afirma con la cabeza, da los buenos días con un hilo de voz, y acelera el paso camino de la puerta de la calle. Necesita huir. HUIR. ¡¡HUIR!!

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Mención especial y muy agradecida a @Filotas por su idea de la jerga empresarial del Patrón.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Miércoles 07 de Agosto de 2024, 10:25

07/08/2024 - Catacrack, kaput

¡Grande, Fernando! Los envidiosos dirán lo que quieran, pero te has traído a todo un negrocampista de primera división. El Patrón estará orgulloso de ti. Fernando Soriano pone los pies sobre su escritorio, apartando con el talón, para hacer sitio sin mucho cuidado, una montaña de fichas de jugadores, copias de contratos y hasta el portarretratos con la foto de su querida abuela Herminia, aquel maravilloso verano del 93 en Estepona, Dios la tenga en su gloria.

De pronto, suena el interfono. Fernando resopla y se contorsiona para intentar llegar hasta él.

-¿Qué pasa ahora, Mamen?
-Señor Director Deportivo, tiene visita.
-¿Visita? ¿No le tengo dicho a todo el mundo que pidan cita antes? -Fernando se detiene de súbito. Nota las pulsaciones en el pecho. Sin cita previa. ¿No será.... ÉL? -Dime... Mamen... querida... -susurra- ¿No será... El Patrón?
-No, Señor Director Deportivo. No es el Patrón, es...
-HOLIIIIIII -interviene una tercera voz en la línea- ¡Voy para dentro, estés listo o no!

¡Click!

Mierda. Fernando Soriano baja los pies a toda velocidad. El portarretratos de su querida abuela Herminia sale volando de un puntapié y estalla contra la pared. Fernando contempla con horror cómo un trozo de cristal se ha clavado en el ojo de su abuela. Pero ahora no hay tiempo. Es él, y va a entrar, salvo que Fernando le ponga remedio lo antes posib...

-Yo es que no entiendo por qué tienes que tener todo este rollo de la secretaria, como si fueras... no sé, un pez gordo de Wall Street. A Massimo y al Patrón se les puede ir a ver sin tanto protocolo. Que por cierto... ¿Has visto el timón de barco que se ha hecho instalar en el despacho? Ja, ja, ja. Este Escotet es un cachondo.
-Hola, Imanol. Qué alegría verte -dice con un cierto temblor en la voz. Este tío tiene algo que me hace sentir cosas extrañas. O quizá es el estómago otra vez. ¿Dónde tengo el antiácido?
-Bueno, a lo que venía, que tengo que irme al entrenamiento con los chicos. ¿Te acuerdas del lateral que me trajiste?
-Sí, claro. Sergio Escudero, un lateral izquierdo versado en mil batallas, con amplia experiencia en primera división y en ascender con el Valladolid esta misma temporada... Todo un puntal para la defensa, un cerrojo atrás y con proyección por la banda y... - según habla, Fernando va inflando el pecho con orgullo.
-Pues se me ha lesionado. Catacrack. Kaput. Necesito otro. Es que me los traes muy viejos, Fernando, chato, cariño.

¿¿Cariño??. Fernando siente otra punzada en el estómago. Maldito antiácido... ¿Dónde demonios lo he metido?

-Eh... ¿Le-lesionado? Pero será el típico tironcito ése de pretemporada que en una semana estará de vuelta... ¿no?
-¡Ahí va la hostia, Fernando! Mira que eres optimista, chico. No tiene tan buen pronóstico, o eso dice el médico del club. Así que me vas buscando a otro, que tengo a Iano Simao y el chaval le pone intención... pero... igual con eso no nos llega. Y al próximo que me traigas, intenta que no tenga mi edad, ¿eh? Que los chavalitos Mella, Rubén, Barcia... se creen que están jugando al fútbol con sus padres, ¿eh?. Ja, ja, ja, ja. ¡Venga, abur!

Fernando se queda petrificado, de pie, frente a su escritorio, mientras ve a Imanol Idiákez hacerle un guiño y salir por la puerta. Otro lateral izquierdo... Nos ha jodido. La posición más complicada de conseguir gente solvente... ya decía yo que estaba siendo un verano demasiado relajado... Joder. Voy a poner el Football Manager otra vez, a ver qué aparece...

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Lunes 19 de Agosto de 2024, 15:54

19/08/2024 - Primer partido, primera derrota

Pffff... Me cago en la leche.. Fernando Soriano se mesa la barba mientras observa a los chavales enfilando el túnel de vestuarios y al público apesadumbrado en las gradas. 0-1, en casa. Primer partido de la temporada. Y el Ricitos no mete a ninguno de los que le he fichado. ¡Pero si te traje un negrocampista para que dieras descanso a Villares!.

Su mirada se cruza sorpresivamente con la del Patrón, a diez metros de él, mirándole fijamente. Fernando da un respingo. ¿Le está sonriendo? Esperaba una cara de mala leche. Quizá el Patrón, en su infinita comprensión de lo complicado que resulta esto del fútbol, comprende que no es cosa suya; que Imanol no ha aprovechado los jugadores que le ha traído y...

Fernando traga saliva. ¡El Patrón se ha echado las dos manos al cuello y, sin dejar de sonreirle, ha hecho un gesto como de asfixiarse a sí mismo! No... no será la indirecta que creo que es.... ¿n-no?

Fernando parpadea fuerte, pero ahora Escotet mira hacia el campo, con semblante serio. ¿Lo ha soñado? ¿Ha sido todo una ilusión? ¿Tendría el Patrón picores en la nuez y habrá malinterpretado algo? Será mejor salir de allí. Y rápido.

-Non hai più tempo, Fernando.

Benassi se topa con él en el pasillo.

-Es cosa de Imanol, Massimo. Tú sabes que yo...
-Ya, ya... io lo sé. Esto es un mensaje al Direttore Deportivo, para que fiches algo más. Ma il Patrono quizá no opina igual. ¿Capici, Fernando? -dice, guiñándole un ojo.

Pffff... resopla Fernando. Van a ser dos semanas muy moviditas. Como siempre.

astigmata
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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por astigmata » Lunes 19 de Agosto de 2024, 16:05

Me imagino a F. Soriano tarareando mentalmente la Imperial March de Darth Vader cada vez que se cruza con el patrón, un crossover con "Cuanto sufrimos" xD.

Luego va el Escotet y le dice "Me ha fallado por última vez, Almirante" acercando su mano a modo de garra como si le ahogase a la distancia, concluyendo con una risotada caribeña... inquietante. jaja

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Miércoles 21 de Agosto de 2024, 17:17

21-08-2024 - Esfínteres

¿Y de donde saco yo ahora un centrocampista creativo? Maldito Ricitos... dijo Soriano. Pensar en Imanol le dio esa extraña sensación estomacal. ¿Miedo? No, el miedo lo conocía bien de tratar al Patrón. ¿Asco? No hombre, no le caía tan mal. Ricitos sería muchas cosas, pero era un tipo afable. Ya tendría tiempo de darle vueltas. El tiempo pasaba y la derrota del sábado aún escocía en el club. Necesitaba traer a alguien, y lo tenía que traer ya.

De pronto, sonó el teléfono. Un número largo y extraño que empezaba por 44. ¿Spam? Me cago en la leche. No tengo tiempo para aguantar una llamada de Spam...

-¡¿Sí, que demonios quiere?! -descolgó Fernando con rabia- ¡No quiero mejorar mi tarifa de luz y gas, me oye?
-Eh, ehm... Hola... Disculpe... Creo que puedo haberme equivocado. ¿Hablo con el señor director deportivo del Deportivo de La Coruña?
-Ah. Sí. Pe-perdone, por el número pensé... -Fernando se recompuso- Sí, soy yo. ¿Con quién hablo?
-Soy solo un traductor, trabajo para el Arsenal. Tengo aquí conmigo al representante de Charlie Patiño, el joven centrocampista del Arsenal. Al parecer el muchacho ha pedido encarecidamente que preguntemos por la posibilidad de jugar en su club. El Arsenal estaría dispuesto a rebajar mucho sus pretensiones por la insistencia del chico, pese a que han preguntado por él de equipos punteros como el Inter, la Juve, la Real Sociedad...
-... -Soriano se quedó mudo. Las pulsaciones se le dispararon y la lengua se la notaba pesada en la boca. El mundo se ralentizó de pronto.
-¿Hola? ¿Me oye? ¿Señor Director Deportivo?

Charlie Patiño. Gran perla de la cantera del Arsenal... Fernando notó una sensación extraña en el bajo vientre. ¿Sería posible que se le hubiera soltado algún esfínter? Iba a tener que mirarse también eso, no solo lo del asunto estomacal por Imanol.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Lunes 16 de Septiembre de 2024, 12:46

16-09-2024 - Sin cobertura

Maldito seas, Ricitos... Te hago un plantillón de tres pares de narices; con negrocampistas, jugadores de primera división experimentados, perlas de la Premier, perlas de la cantera madridista, delanteros titulares de aspirantes al ascenso... y vas y te pones a hacer experimentos con los mismos del año pasado, más el chaval de apellido ilustre que volvía de cesión, que ni siquiera fue fichaje mío, técnicamente... No, Ricitos, así no. Este año con el patrón dando vueltas por estas oficinas no te puedo mantener hasta diciembre contra viento y marea. O te dejas de hacer experimentos de pretemporada con la liga ya empezada o...

Al doblar la esquina, Soriano se dio de bruces contra alguien. Una montaña de papeles cayeron al suelo, y Soriano se estaba agachando rápidamente a recogerlos cuando, al alzar la mirada, se encontró a quien menos quería encontrarse aquella mañana.

-¡Se-señor Patrón! Digo... Don Juan Carlos... digo... Señor Escotet. ¡Le pido mil perdones, no le vi venir! Tome, tome sus documentos. Espere, que se los sacudo, no vaya a ser que se hayan ensuciado y...
-¡Fernandooo! ¡Relájate, Chamo! Son solo unos papeles sin importancia -decía Juan Carlos Escotet con una sonrisa amable y cercana mientras agarraba todos los papeles que le entregaba Soriano-. Son solo los documentos de tu despido y el de Imanol que acababan de prepararme las chicas de Recursos Humanos.

Se hizo un silencio sepulcral. Una gota de sudor frío le escurrió entre los omóplatos, zigzagueando lentamente en un lapso de tiempo que a Fernando le pareció eterno. Casi podía ir ubicando a la altura de qué número de vértebra iba pasando la gota en cada segundo. Y... ¿eso eran las pulsaciones de su corazón? El ritmo era demasiado rápido, no podían ser. Tal vez una obra en la calle, un martillo hidráulico... La mirada acerada de Escotet y el semblante gélido eran imperturbables. Una mosca revoloteó sobre su ceja izquierda, pero el Patrón no se inmutó.

-¡Que nooooo, que es brooomaaa! -exclamó de pronto Escotet, dándole unas palmaditas en el hombro y riendo sonoramente. ¡Ja, ja, ja! ¡Tenías que haberte visto la cara!
-Je, je, je... -Soriano notaba una vibración violenta en un párpado y sintió la urgencia de tocarse el ojo para ponerle freno.
-Ja, ja, ja... Qué poco chistosos son ustedes los españoles. Son solo unos documentos de otra cosa... O no. -dijo con un cambio en el tono, y Soriano creyó ver que su sonrisa desapareció durante un segundo-. Bueno, te dejo con lo tuyo, campéon, que estoy muy liado. Ya te veo en Riazor el sábado. ¡Y quien sabe! Igual con un poco de suerte te seguiré viendo por los pasillos a partir de la semana que viene... ¡O quizás no! Ya sabes lo que dicen en esto del fútbol: ¡Ganar, ganar, ganar y volver a ganar! Ja, ja, ja. ¡Disfruta de la semana, Fernando!

Soriano, al borde de un ictus, envuelto semejante torbellino de emociones, respondió algo con un murmullo, pero ni él supo qué había dicho. Allí se quedó, petrificado en la esquina del pasillo, mientras Escotet se alejaba canturreando una melodía marinera.

Cuando se recompuso un poco, sacó el móvil y, con los dedos resbaladizos por el sudor, marcó después de tres nerviosísimos intentos el contacto de Benassi. Al segundo tono, la voz de Massimo le preguntó:
-¡Fernando! ¡Amico! ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Tutto benne?
-Massimo. Di-dime la verdad. -Fernando se apretaba el móvil contra la oreja, los ojos bien abiertos, fijos en la nada- ¿Es cierto que mi cabeza y la de Imanol están sobre la mesa?
-¡Ah! ¡Eh... Oh, ¿qué le pasa a mi cellulare? ¡Oh! ¡Ah! ¡Fer... do... no te... oigo...! ¡Te oi... go... le... jos!
-¡Massimo, no me hagas el truquito de la cobertura, que te lo enseñé yo, joder!
-Lo... sien... no... cucho... cobertu... ¡ciao Fernando...! ¡parlaremos otro día! Click!

Fernando estuvo a punto de tirar el móvil al suelo, pero recordó que solo allí tenía los contactos de los representantes de futbolistas. Y hace mucho frío en el paro si no tienes agenda de representantes. Las cosas podían irse por el sumidero muy rápidamente. Mierda, esto no puede seguir así. Voy a Abegondo, tengo que hablar con Ricitos y tiene que ser ahora mismo. Me va a oír ese mamarracho., pensó para sus adentros. Pero no pudo evitar sentir un retortijón al pensar que iba a tener que verlo personalmente.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Miércoles 18 de Septiembre de 2024, 12:12

16-09-2024 (Un poco más tarde) - Mariposas en Abegondo

El Audi negro de Fernando Soriano, cubierto de heces de paloma por haberlo aparcado bajo un árbol el día anterior, aparcó con un frenazo en el aparcamiento frente a la Ciudad Deportiva de Abegondo. La música cañera de su lista de Spotify, que se ponía siempre que estaba enrabietado, se silenció de golpe cuando abrió la puerta y puso el pie en el suelo.

Avanzó a grandes zancadas hacia el interior del recinto, buscando en qué campo estaba el equipo entrenando. Su mente burbujeaba de pensamientos terribles: se imaginaba por momentos debajo de un puente de la autopista durante el frío invierno, durmiendo entre cartones y periódicos viejos, con un tetrabrick de vino del Lidl "Conde Noble" entre las manos... Y de pronto, en su imagen mental, una mano desconocida aparecía en escena y, tras esa mano, un hombre con el pelo rizado y morritos suculentos, también vestido con harapos y protegido del frío por otro cartón grasiento, que le pedía beber de su brick de vino con ese acento vasco tan llamativo... ¡Agh! ¡Fuera, bicho!, Fernando sacudía la cabeza para quitarse los pensamientos intrusivos.

-¡Anda, chavales! ¡Mirad quien ha venido a vernos! ¡Un aplauso al Señor Director Deportivo, que se ha dignado a honrarnos con su presencia!
El aplauso multitudinario le sacó de golpe de su ensoñación. Se vio de pronto rodeado de futbolistas en ropa de entreno, y frente a todos ellos Imanol Idiákez, su segundo, Mario Gibanel, y un poco más allá, junto a la portería y los tres porteros, Alberto Casal, el entrenador de porteros.

Fernando torció el gesto en una sonrisa forzada, y alzó las manos como rogando que no aplaudieran.
-¡Gracias, chicos, gracias por la calurosa acogida...! ¡No quería molestaros! ¡Seguid entrenando, que hay partido importante el finde! Imanol, perdona, ¿tienes un minutito? Te-tengo un tema que hablar contigo...
-¡Claro, hombre! Chicos, seguid con lo vuestro, yo me voy a tener una charla con nuestro querido Director Deportivo -dijo, y a Soriano le pareció que le guiñaba un ojo. Se estremeció.

Imanol se fue con Fernando a un lado, lejos de oídos indiscretos y le preguntó qué pasaba. Fernando cogió aire. De pronto había perdido todo el ímpetu que le había hecho ir a 150km/h por la autopista y entrar como un Berserker por Abedongo para dentro. El corazón le palpitaba intensamente. Más incluso que cuando se había topado de bruces esa mañana con el Patrón. ¿Pero qué demonios me pasa, joder?.
-A ver... Imanol, querid... amigo. Verás... Hay un tema serio en las oficinas, qué duda cabe...
-Mmhhh... -Imanol sonrió, pícaro- ¿Serio, dices? Me gusta ir en serio. ¿A ti no?
-Ehm... ehh... sí, claro. La seriedad es algo inherente a ser un profesional, necesario para el buen hacer en el trabajo y... -las palabras se le atascaban en la punta de la lengua a Fernando, que sacudió la cabeza y recondujo el diálogo- Pero no he venido a hablar de eso. Verás, me han llegado rumores...
-¡Oh, rumores! ¿Deberíamos susurrarnos? -dijo, bajando la voz y rozándole el hombro casi imperceptiblemente.
-Ehm, no -Soriano notó calor en las mejillas. Mal día había elegido para llevar chaqueta-. Me refiero a que se rumorea por los pasillos que no están contentos con los resultados del equipo y... bueno... tu... ¡Nuestras! cabezas pueden estar sobre la mesa si las cosas no mejoran.
-¡Ja, ja, ja! Pero hombre, Fernando -Imanol reía sin atisbo de preocupación en su gesto-. Jornada cinco, hostia. ¿Cuando me dijiste lo del ultimátum la temporada pasada? ¿Jornada 25?
-La 17. Y la 18 -Corrigió Fernando-. Y creo que en la 19 se volvió a dejar caer el tema, pero aquello ya iba para arriba, qué duda cabe.
-Pues para arriba que iremos otra vez, hostia, Fernando -dijo, y le dio un manotazo en el hombro que le desequilibró-. Que pareces nuevo. Los chavales están adaptándose a la categoría, acoplándose los nuevos... y oye, tienen buena pinta los chavales que me has traído, ¿eh?
-Ehm... sí. Pero no los pones en el campo... -aclaró Fernando. Le dolía el hombro. Le sorprendió la fuerza que tenía aquel tipo, con esos ricitos siempre había tenido la sensación de que fuera más enclenque.
-¡Porque son nuevos! Mira, hasta el chavalito inglés, el Charlie, me dijo hace unos días que está buscando casa todavía. ¿Cómo voy a poner de titular a un pobre chaval que duerme en un hotel? Si no sabe dónde vive, como para saber dónde ubicarse en el campo, ¿no?
-Bueno... ese argumento digamos que es, como mínimo, debatible y...
-Claro, claro, claro. Nada, Fernando. No hagas caso de habladurías. Tú aprieta ahí a los jefes, al Massimo y al Patrón como sólo tú sabes hacerlo. Sabes que esto es solo temporal, que va a ir para arriba. Estamos todos adaptándonos a la categoría y estamos compitiendo de tú a tú con los demás equipos. Tú haz tu magia, y te prometo que tú y yo estaremos muchos años en este club. Juntos, tú y yo, Fernando e Imanol, siempre juntos, mano a mano... y felices y comiendo perdices -dijo bajando la voz, y esta vez, posó suavemente la mano sobre el hombro dolorido de Fernando. Por un instante le pareció notar que los dedos de Imanol caracoleaban juguetones sobre la tela de su chaqueta, pero cuando miró, ya había apartado la mano.

Fernando sintió una necesidad urgente de salir corriendo de allí. Con un torbellino de emociones y una insoportable presión en el estómago, fue a darle dos besos de despedida pero reculó a tiempo al darse cuenta de que no era ése el protocolo correcto entre un director deportivo y su entrenador. O entre dos hombres, por lo menos en España. Imanol sonrió divertido al notar el desliz, y le extendió la mano para despedirse. Le dio un fuerte apretón y se fue sonriente en dirección al centro del campo.

Mierda, mierda, mierda, mierda.. Soriano se alejaba a paso rápido, de vuelta hacia su coche, pensando en que el viaje a Abegondo había sido, ya no solo en vano, sino una gran cagada. Pretendía apretarle las tuercas a Imanol y todo se había dado la vuelta como una tortilla de Betanzos. Casi pareciera que Imanol se las había apretado a él. Solo le quedaba rezar para que, efectivamente, todo fuera para arriba. O si no, esa imagen mental de los dos acurrucados bajo un puente de la autopista, entre cartones grasientos y vino rancio, podría convertirse en realidad.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Lunes 28 de Octubre de 2024, 11:27

27/10/2024 - La noche huele a tortilla poco hecha

-Pues Tito Patrón me dijo que les dijera, y cito textualmente: "Quiero resultados. Y los quiero ya. Y a cualquier precio. Caiga quien caiga.". Y me dice que les enseñe esta foto. Aquí, en el celular.
Michelle Clemente Escotet lanza el móvil encendido sobre la mesa. Massimo Benassi se recoloca las gafas con el dedo corazón y extiende las manos para ver la pantalla. El italiano tuerce el gesto, y se lo enseña a Fernando Soriano. El Patrón le mira con semblante muy serio desde la pantalla retroiluminada, extendiendo el dedo índice en horizontal sobre su garganta. No hay movimiento, es una foto, pero no es necesario que lo haya para entender qué trata de transmitir el Patrón. Debajo de la foto, unos inquietantes emojis de mandar besos que hacen la composición aún más siniestra si cabe. Fernando no consigue reprimir un escalofrío. Sabe lo que se viene.

Los tres miembros de la directiva se miran entre ellos. Luego miran a Carlos Ballesta, que se encoge de hombros, como siempre. Esto nunca va con él, masculla Fernando para sus adentros.

-Bueno, señores. Sabemos lo que toca -dice al fin Benassi-. Aquí todos somos... cómo se dice... macchina...
ingranaggio...

-Engranajes -aporta Carlos Ballesta, en su mayor aportación en meses.
-Questo è!. Engranajes. Tutti somos engranajes en la misma macchina. Cada uno tiene su funzione. Y si alguien no cumple, pues ya sabemos lo que pasa. Diez puntos en once partidos... ¡Per favore, Imanol...!
-Ehm, doce. Doce partidos. -se sorprende Fernando diciendo. Calla. ¿Para qué hablas? ¿Quieres hacer tu tumba más profunda?, se castiga a sí mismo.
-Bueno. Pues eso. Yo digo que hay que echarle. Sin miramientos -dice Michelle, frotándose la barbilla-. Está cometiendo los mismos errores desde que empezó la temporada, hace siempre los mismos cambios... y los resultados son los que son. Tirar mil veces a puerta y fallarlas todas no es una táctica. Luego su empeño en poner a Soriano de centrocampista o a Lucas de delantero centro... buscando el encaje imposible de dos jugadores de la misma posición... Y ya no hablemos de los córners... ¿Qué carajo entrenan los chamos en Abegondo?
-No, hombre, echarle no... -se vuelve a sorprender Fernando. ¿Por qué he dicho eso?. En su mente se dibuja la cara de Imanol, sonriendo con esa carita suya, soplando un rizo que le cae rebelde sobre la frente...
-Escussi, Fernando. Pero aquí estoy con Michelle. Entiendo que debemos echarle y buscarle un sustituto cuanto antes. Luego, si te parece, Fernando, nos das los tres nombres de entrenadores que tenías estudiados para una situazione así, que todos sabíamos que podía llegar a ocurrir.

¿Sustitutos? ¿Qué sustitutos?. Fernando intenta recordar cuándo le dieron la instrucción de tener sustitutos de entrenador mirados. ¿O es que lo propuso él? Está todo muy nublado en su mente. La imagen de Imanol soplando ese rizo rebelde no le permite pensar con claridad.

-¿Tú que opinas, Carlos? -pregunta Michelle.
-Ajá -dice Carlos Ballesta.
-Pues eso. De esta noche no debería pasar. -explica Michelle.
-¡Disculpen!

Asun, la secretaria, se asoma a la puerta, tímida.

-Buenas noches, disculpen la intromisión -prosigue-. Pero hay aquí un repartidor que dice que trae un pedido "cortesía del señor Escotet".
-Oh. Ehm... Es altamente irregolare esto -se sorprende Massimo-. Pero si lo manda el presidente... Que pase.

Un chaval con acné que no debe haber cumplido los veinte entra por la puerta. Lleva un casco de bici y una enorme mochila de Glovo a la espalda. En la mano lleva una bolsa voluminosa, que deposita suavemente sobre la mesa. Retira la bolsa, y aparecen dos cajas de pizza más anchas de lo normal.

-¿Pizza? -se pregunta Massimo.
-Uy, igual el Patrón te está mandando un recadito, ¿eh? ¿Massimo? -no puede aguantarse las ganas de decir Fernando, pero Massimo solo le da como respuesta una sonrisa. Esa maldita sonrisa suya que tanto odia.
-Veremos -Michelle le da un billete de diez euros al repartidor por las molestias y se estira sobre la mesa para abrir una de las cajas.

Aparece una tortilla achaparrada, probablemente con la característica liquidez de las de Betanzos, con un cuchillo grande y una nota: "Imanol". Esta vez es Benassi quien abre la otra caja. Misma tortilla, mismo cuchillo, diferente nota. "Por si Fernando también tiene hambre".

El mundo se ralentiza de pronto. Massimo, Michelle y Carlos miran a Fernando. El italiano y la venezolana tienen cara de preocupación. El veterano jugador, por su parte, no parece sorprenderse. Soriano siente un burbujeo en su interior. Necesita salir corriendo de allí, gritar, golpear a alguien. Algo. Pero se queda petrificado.

Va a ser una noche muy larga.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Lunes 13 de Enero de 2025, 12:16

El largo y frío invierno - 13/01/2025

—A ver, yo solo os pregunto por si tenéis algún jugador que no esté teniendo muchos minutos. Sois un equipo de primera, y seguro que alguno de los chavales está dispuesto a bajar a un equipo de segunda con buen escaparate unos meses.
—No entiendo, Fernando. ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Quieres que mire las estadísticas de mi equipo y ver quién tiene más o menos minutos?
—No, a ver, tampoco hace falta. Seguro que tú y todos los del organigrama de tu club sabéis más o menos quién viene jugando habitualmente y quién no.
—Ajá. Sí, bueno, claro. Son 25 fichas, no hay posibilidad de que jueguen todos todo el tiempo.
—Exacto. Por eso te llamo. Dame un par de nombres de jugadores que no estén jugando mucho en tu equipo y entre todos estudiamos la posbilidad de ver si podéis cedérnoslos.
—Joder, Fernando. ¿Pero en qué posición? Porque el tercer portero no está jugando mucho...
—No, no, porteros no. Con Helton y Germán tenemos la portería bien cubierta. Yo creo que del centro del campo para adelante. Menos la línea de tres cuartos... o bueno, si es un extremo habilidoso que quiera ser suplente entonces sí, pero...
—Mira, Fernando, me caes bien, eres un tío simpático y pasamos unos ratos divertidos cuando coincidimos en el Zaragoza... Pero que me llames para esto es absurdo. No sabes ni qué jugador de nuestro equipo quieres que te cedamos. Por no saber, no sabes ni la posición... ¡ya no exacta, sino ni siquiera aproximada! ¿No estarás haciendo esto con todos los demás equipos de primera?
—Eh... y algunos de segunda.
—La hostia. Ehm... bueno, hagamos una cosa. Yo pregunto a los chavales que estén jugando menos, a ver si a alguno le seduce la idea, y ya si eso te devuelvo la llamada.
—No, pero dime ya algún nombre no vaya a ser que...
—Ya si eso te digo, ¿vale? Dame unos días, que tengo mucho lío. Venga, abrazos a la familia.
—Pero...
Piii-piiii-piiii... piii-piii-piiii....

Joder. Nada. Este no vuelve a llamar. Los del Alavés, Las Palmas y Atlético me tuvieron una semana sin cogerme luego las llamadas. Fernando Soriano tacha otro nombre de club de su libreta. Ya hay muchos borrones en la página. Eso no es bueno. Tengo que buscar otra táctica, esta no está funcionando. Pero es que ya no hay libretas mágicas del Ibiza, o del tal Caramelo del Pozuelo esa que encontré bajo la mesa y... y... ¿¿quién se iba a imaginar que el Football Manager se inventaba jugadores??.

Fernando se echa las manos a la cabeza. Desde que se fue Imanol todo va mal. Y llamarle la madrugada de fin de año con lo pedo que iba no ayudó a sanar heridas, más bien al contrario.

—¡Ferdinando! —una voz atiplada se asomaba a la puerta. El puto Benassi.
—Mássimo —responde Fernando con desgana—. Dime que traes buenas noticias.
—No molto, la verdad. Me ha escrito el representante del chavalito canario, de Yeremay. Que no sé qué club dice de pagar su cláusula, que cómo lo vemos...
—Aaaah no. ¡¡Eso sí que no!! —Fernando se pone de pie de un salto—. ¡Ya es lo que me faltaba! ¡Perder a las joyas de la cantera y los únicos jugadores que están rindiendo como deben! No como esa panda de Bouldinis, Cristians Herreras, Gautos, Petxarromanes, Patiños... malditos desagradecidos, hacerme eso a mí... —Fernando da un puñetazo con rabia en la mesa— ¡yo, que los ojeé y analicé a fondo durante meses, que derramé mi sangre peleando cada cláusula de sus contratos! ¡Y... y así me lo han pagado, arrastrándose por el campo y dejándome ante el Patrón y la afición como si fuera un... un... un simple...!
¿Inútile? —apostilló Mássimo. Fernando se paró en seco.
—Eh... bueno, sí. Yo no habría usado esa palabra. Un eh... un "mal director deportivo", dejémoslo así.
—Bueno, Ferdinando. Estas cosas pasan. Volviendo a los 20 miglioni...
—No, dile que no. Un no rotundo. Que le diga que no al club ese. Con un poco de suerte se echa para atrás. Yo seguiré buscando reforzar la plantilla antes de que cierre el mercado, que Yeremay vea que este club aspira a cosas grandes y decida quedarse hasta que le subamos la cláusula. Hoy he hecho varias llamadas, tenemos a muchos jugadores tocando a la puerta y tengo que analizarlos bien. Estos días tendrás noticias. —Fernando pone el tono más serio que es capaz, pero no puede evitar sentir una vibración en un párpado. No tiembles ahora. Ahora no... por favor....

Massimo le mira un largo instante con dudas, pero finalmente dice:
—Va bene. Confiamos en ti, Ferdinando. Como siempre.
—Gracias, Mássimo. Además de un fiel compañero, eres una gran persona y un gran profesional.
—Lo sé, lo sé. La propiedad también te aprecia. Ah, y antes de que me olvide... —dice Mássimo dirigiéndose a la puerta, sin mirar atrás— El Patrón me dijo que te preguntara si te gustaba más o menos hecha.
—¿El qué? —un escalofrío recorre la espalda de Fernando
—La tortiglia, que dice que está cascando ya los huevos y que en breve estará hecha. Ah, y que de ti depende si vas a comértela o no antes de que acabe el invierno. No entendí muy bien a qué venía el mensaje, pero bueno, yo solo soy un mandatto. ¡Ciao, Ferdinando! ¡Hablamos!

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Miércoles 22 de Enero de 2025, 11:58

Montas un circo y te crecen los o-nenos - 21/01/2025

—¿¿QUE LUCAS QUÉ??
—¡Sí, Ferdinando! ¡¡Vaffanculo, capriccioso figlio da...!!
—¿Pero en qué momento ha pasado...? ¡Si.. si estaba todo bien!

Fernando siente una presión grande en la boca del estómago. La cara roja de Benassi lo dice todo. ¿¿Y de donde cojones saco yo ahora un sustituto para Lucas?? ¿¿Me lo invento?? ¿¿Lo fabrico con trozos de otros futbolistas?? Esa igual no es mala idea, Bouldini no notaría la falta de piernas... . Fernando sonríe con su ocurrencia, pero Benassi se sorprende al verlo.

—¿Te hace gracia? Bien, Ferdinando. Eso es que ya que tenías algún sustituto mirado por si acaso. Menos mal que aún hay gente decente en este club. Vete contactando para tenerlo fichado estos días y que se amortigüe un poco el golpe en la prensa y la afición. Luego me dejas en mi mesa los detalles para explicárselo al Patrón —Benassi pierde rojez en la cara según va hablando, aunque la de Fernando se ha convertido en una mueca descompuesta—. Ese O Neno siempre ha sido muy particulare... por decirlo suave. Ya lo sabes. No contento con pedirme ir dos días a la semana a Madrid faltando al entrenamiento, y de tener que organizar siempre su viaggio aparte del grupo en los partidos que jugamos fuera por su fobia a volare... Ahora resulta que dice que se va al Raglio Vallecano para ver más a su figlio. ¡Ni que su figlio jugara en Vallecas! ¡Con todo lo que hemos hecho por él! ¡Con la de privilegios que tiene! ¡Con el sueldazo que le pagamos y el contrato de jubilación a la carta que le hicimos! ¡Desagradecido di merda!
—Pero... pero... —Fernando no sabía qué le preocupaba más, si tener que buscarle un sustituto de nivel y con urgencia, con lo que ya le estaba costando encontrar un solo jugador para la delantera y/o el mediocampo... o el hecho de que el patrón creyera que esta bomba era cosa suya y no de Benassi y el propio Lucas.
—Bueno, voy preparando el finiquito. He quedado en un rato en mi despacho para negociar las condizioni de salida. Te espero allí. Hay que apretar al Raglio para recibir una compensación, al menos. ¡Esto de regalar a nuestros mejores jugadores por capriccio no pienso tolerarlo!

Benassi se da la vuelta y se va, dejando a Fernando Soriano mudo en aquel pasillo desangelado, en aquella insulsa y gris tarde de martes del mes de enero.

Soriano espera un tiempo prudencial, bloqueado, sin saber bien qué hacer a continuación, mientras dentro de él algo comienza a borbotear. Un torrente de pensamientos y sensaciones indescriptibles burbujean en su cabeza hasta que, henchido de frustración, grita a los cuatro vientos:

—¡¡¡ME CAGO EN MI PUTA VIDA!!! ¡¡MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA!! ¿¿PERO CÓMO HEMOS LLEGADO A ESTA SITUACIÓN?? ¡¡¡JODER!!! ¿¿QUÉ MÁS TIENE QUE PASARME?? ¿¿¿QUÉ MÁS QUIERE EL UNIVERSO DE MÍ???
—Pues el universo no sé, pero si puede rodarse un poco, señor Director Deportivo, yo puedo terminar de fregar este pasillo —dice una voz tras él.
—¡Oh, Manoli! Sí... perdona... yo no... —Es una de las señoras de la limpieza, que fregona en mano le mira con asco.— Ya... ya me voy, disculpa.
—Sí. Vaya a su despacho si quiere mientras yo termino aquí. Pero al del patrón no vaya, que me acaban de decir que está pegando gritos como usted. No sé qué pasa hoy en las oficinas, pero están todos muy tensos. Deberían ir a pilates, como yo. Ves la vida con otros ojos.
—Eh... ya... —Fernando se aleja, avergonzado y aterrado, mientras Manoli fuerza una de las sonrisas más falsas que recuerda haber visto Fernando Soriano.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Miércoles 29 de Enero de 2025, 12:12

Reloj, no marques las horas - 29/01/2025

—Se-señor Director Deportivo. Se lo ruego, no entre a su despacho

Fernando miró suspicaz a Mamen, su secretaria, que torcía el gesto desde su escritorio mientras él posaba su mano sobre el picaporte.

—Mamen. ¿Qué pasa ahora? ¿Tienes una llamada para mí? ¿La cojo ya mismo, aquí, en tu teléfono?
—No, no es eso. Ninguno de los quince agentes de futbolistas que me dijo que esperaba sus llamadas han llamado todavía, supongo que es temprano, son las 2 y media de la tarde todavía...
—¿Y entonces?
—Alguien ha hecho algo en su despacho. Y la verdad, no sé cuándo ha pasado. Ha debido ser durante aquellos diez minutos que tuve de pausa para el café.
—¿QUE QUÉ?
Fernando giró con fuerza el picaporte.

Lo que vio dentro hizo que se le helara la sangre. Relojes. Relojes de todo tipo. De cuco, de pared de madera noble, de pie, de pantalla LCD, de los que se cuelgan en la cocina, de pulsera... incluso le sorprendió aún más si cabe ver un reloj de sol junto a la ventana, donde él solía tener una maceta con un "Pothos", que ahora yacía en el suelo, tirado como si fuera cualquier cosa.

—¿Ma-mameeen? ¿Qué cojones es eeeeesto?
—Relojes, Señor Director Deportivo. Muchos relojes. Y todos en hora.
—Eso ya lo veo, joder. Pero... ¿qué hacen aquí?
—No lo sé, ya le digo que cuando volví del café los vi. Una sola persona no pudo haberlos puesto, no le habría dado tiempo, habrían sido muchos viajes. Debe haber sido una cuadrilla... pero... ¿quién?

Fernando sintió cómo se le relajaban los esfínteres y a punto estuvo de ocurrir otra desgracia, pero resolvió a tiempo tensando todo el cuerpo. No sabía quiénes habían sido los autores de todo aquello. Pero sí había entendido el mensaje, y sí sabía, en lo más profundo, quién había dado la orden. Y saberlo le despertó en las entrañas un terror inenarrable.

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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano

Mensaje por Dukros » Viernes 31 de Enero de 2025, 11:14

Las Trepidantes Aventuras de un Pothos - 31/01/2025

Imagen

—Será un inútil, pero no es mala gente —pensaba el Pothos mientras Soriano le colocaba con cuidado encima de su escritorio, al lado del ordenador.

El Pothos observó silencioso como Fernando seguía recogiendo toda aquella montaña de relojes de toda clase y metiéndolos en una bolsa grande azul del Ikea. Aún recordaba con horror cómo habían llenado el despacho aquel grupo de seis tipos con mono de trabajo, acompañados de un Benassi que sonreía malicioso desde la puerta. Y cómo, en un momento dado, uno de ellos, un calvo barbudo le había sacado de su hogar sobre la mesita junto a la ventana y le había tirado en el suelo sin nada de delicadeza, como si fuera una vulgar mala hierba.

El Pothos quería venganza, pero le faltaban piernas. Sin embargo, tenía otras virtudes. Y no era la primera vez, ni sería la última, en que el Pothos que habitaba en la mesita del despacho del Director Deportivo del Real Club Deportivo de La Coruña, influía con sus acciones en el devenir del club.

Esperó pacientemente durante otro cuarto de hora hasta que Fernando recogió todos los relojes y salió del despacho refunfuñando y dando un portazo.

Estiró su rama más larga hacia el teclado, y lo atrajo para sí. Y luego hizo su magia. El Pothos llevaba años siguiendo las categorías inferiores de Países Bajos (entre otros muchos países; le sobraba tiempo y acceso al ordenador de un Director Deportivo. Por ejemplo, sus conocimientos sobre la liga de Eritrea o la liga Nepalí eran, probablemente, los más completos allende las fronteras de esos países.). Y la segunda división neerlandesa era un maravilloso granero de futbolistas vistosos que pasaban por debajo del radar de los grandes de Europa. Los antillanos y magrebíes solían ser los más técnicos, y los holandeses eran más fuertes y atléticos. Esta temporada, especialmente estaba destacando un joven Zakaria Eddahchouri, con sus 17 goles en media temporada y el contrato apunto de acabarse. Y ese era el delantero que Soriano necesitaba para dejar a Benassi y sus brutos con el culo al aire.

El Pothos dejó lista toda la información en la pantalla: datos estadísticos, videos, recomendaciones de ojeadores, e incluso un email redactado en un perfecto neerlandés al Telstar, al que solo hacía falta darle a enviar... y luego volvió a su inmovilidad habitual. Pero no pudo evitar reírse para sus adentros pensando en la cara que se le quedaría al italiano cuando el "Calvo Inutile", como él le decía a sus espaldas, le trajera a aquel pedazo de delantero antes del cierre del mercado.

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Dukros
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Re: Las Trepidantes Aventuras de Fernando Soriano y un Pothos

Mensaje por Dukros » Lunes 03 de Febrero de 2025, 11:22

Los largos tentáculos de un Pothos- 03/02/2025

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—Ferdinando, amico mio... Estoy ehm... sorprendido, la verdad. Muy bien, no esperaba estos movimientos de última hora de mercato para cerrar la plantilla. Y además, son muy diferentes a los que solías hacer... El goleador de la liga holandesa, el centrocampista de il Tolosa... Incluso este lateral izquierdo serbio que me acaba de decir il Patrone ha sido todo un hallazgo...
—¿Quién dices?
—Sí, el lateral, Nemanja Tošić. Me ha dicho il Patrone que ya está volando para acá y le has enviado un email para que acudamos él y yo a la firma.
—Ah, sí, sí, claro. Qué duda cabe. No sé donde tengo la cabeza, llevo varios días a tope con mil llamadas. Sí, claro, no faltes, Massimo, por favor.
No problemo. Solo una última cosita, Ferdinando... Preferiría que los posibles fichajes los hablemos tú y yo primero... ya sabes, para no estar molestando a il Patrone con las minucias de esto de las negociaciones con fichajes y eso...
—Ya, ya, bueno. Eso ya será el verano, porque poco más vamos a fichar ya este mercado...
—Sí... en fine... Bueno, me marcho, Ferdinando. Parlamos.

El Pothos observaba todo desde su nueva ubicación sobre el escritorio de Fernando Soriano. Sus hojas centrales formaron una sonrisa malévola contemplando cómo a Massimo Benassi le acababa de dar en donde más le dolía: En su intento de controlar cosas dentro del club.

Haber traído a aquellos tres fichajes había formado un alboroto en las oficinas que no se veía desde la Noche de Las Tortillas Líquidas, dos veranos atrás, y el Pothos no era ajeno a ello. Él lo había hecho todo, y el bueno de Fernando solo había tenido que sonreír y asentir con la cabeza.

El Pothos miró al Director Deportivo, que se dejó caer con la mirada perdida sobre la silla. El Pothos no sabía leer mentes, pero aquella mirada dejaba a las claras que Fernando estaba tratando de entender cómo y cuándo había hecho él toda aquella investigación y aquellos tres fichajes de relumbrón. Fernando era mucho de exs del Ibiza y jugadores de segunda y primera que conocía todo el mundo. Un caladero donde pescaban todos los directores deportivos de España, ahí era muy difícil encontrar peces gordos. Fue él quien tuvo que traerle a Helton y a Gauto, porque si de Fernando dependiese, el fútbol dejaba de jugarse nada más cruzar los Pirineos.

Fernando echó entonces un vistazo a su pantalla, llena de pestañas abiertas sobre Nemanja Tošić, con la de Wyscout en primer plano, y dejó escapar en voz alta un "Ah, pues sí. Aquí está... ¿En qué momento yo...?". Se quedó parpadeando con la boca abierta un instante, cambiando de pestaña en pestaña, y se detuvo cuando abrió el PDF con el contrato ya redactado para el serbio y su propia firma puesta abajo. No había sido difícil, la tenía guardada en un PNG en la carpeta "MI FIRMA" del escritorio. Justo al lado de otra que ponía "MIS CONTRASEÑAS IMPORTANTES".

—Tengo que dormir más y dejar el puto café —se dijo Fernando frotándose las sienes—. O no. Joder, igual es que entro en trance y es cuando mejor ficho. Igual debería seguir con este insomnio en verano...

Pobre criatura, pensó el Pothos. Es entrañable, eso es innegable.

—Bueno, a imprimir esto.

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