Mensaje
por Aglaca » Miércoles 13 de Junio de 2012, 13:22
¿Un barrio o una aldea no pueden desarrollar administraciones públicas, una burocracia capaz de autogestionarse? Pueden, pero es posible que ni siquiera lo necesiten, ya que pueden regirse por fórmulas de democracia directa. Yo siempre he pensado que el ideal de la democracia y el del comunismo, por ejemplo, son más factibles cuanto más reducida sea la agrupación. Si una agrupación de 100 personas quiere vivir de forma independiente en el campo, subsistiendo a partir de la agricultura y la ganadería, en una especie de ideal autónomo, en la práctica serían perfectamente capaces de hacerlo. Pero no conviene a los defensores de la autodeterminación para toda nación cultural reconocer esta posibilidad porque supondría admitir que es bajo los supuestos del derecho a la autodeterminación cuando se puede llegar a esta situación evidentemente absurda. Absurda al menos dentro de los límites de un mundo de Estados. En el ideal comunista o anarquista, tras la extinción de los Estados, este ideal sería perfectamente realizable.
El caso de Yugoslavia es un caso perfecto como ejemplo y que se pone de ejemplo en los libros de texto de política, y con razón. Fue fruto del auge del derecho de autodeterminación aplicado a nacionalismos culturales que reclamaban la constitución de un Estado allí donde hubiese una nación cultural que lo reclamase. Yugoslavia fue este caso, y los Estados formados a partir de la antigua Yugoslavia son nuevos ejemplos de creación de estados a partir de la justificación de la existencia de una nación cultural. Estos son los hechos, y las consecuencias están ahí para someterlas a interpretación. Si haceis una interpretación distinta de los hechos estoy dispuesto a leerla, no soy un experto y me gustaría aprender más. Pero si las interpretaciones pueden variar, los hechos no. Yo he dado una interpretación, que se acepta y aparece en los libros de ciencias políticas. Eso no la convierte en la verdad, pero sí es indicativa de que no me estoy sacando esto de la manga. Decir que relacionar Yugoslavia y el derecho de autodeterminación con la inquisición y la libertad de culto no es un argumento. Queda muy bien como frase definitiva tipo Schwarzenegger ganadebates, pero los dos problemas que tiene son, en primer lugar, que Arnold suele soltarles sus frases finales a los malos después de matarles con lo que no le pueden responder cosa que en un debate no ocurre, y en segundo lugar, que no es un argumento, sino una mera opinión que no se ha respaldado de momento con razonamiento alguno.
Del mismo modo, tampoco vale nada decir que lo de los barrios, aldeas o pueblos es reduccionista sin argumentar el por qué. Sólo roped ha aportado razones que respalden esa frase, y le he contestado, aunque admito que tengo curiosidad por saber hacia dónde va el debate en ese sentido.
Respecto a la creación de Estados a partir de las ex-colonias británicas de América del Norte, hay una diferencia fundamental con respecto al caso de Yugoslavia, y es que son Estados creados a partir de un nacionalismo de base política, no cultural. Los Estados Unidos y Canadá no se crearon en base a un identidad cultural común, sino a la reivindicación de unos derechos políticos y a la reclamación de una autonomía de actuación. La independencia de los Estados Unidos se produjo mucho antes de la articulación de los nacionalismos de base cultural y la articulación del derecho de autodeterminación, llevado a la práctica principalmente en época de la Sociedad de Naciones. De hecho, en Estados Unidos y Canadá conviven muy diversas identidades culturales, y dichas identidades han sido articuladas a partir de la creación de un Estado Federal en Estados Unidos y a partir de una descentralización y una delegación de autonomía bastante elevada en Canadá que permite un elevado nivel de autogobierno para los Estados francófonos en Canadá. Pero siempre dentro de un mismo Estado.
Es cierto que hay bastantes tipos de nacionalismo, pero normalmente, a la hora de explicar las legitimidades nacionalistas que han dado lugar a la creación de Estados, se suele distinguir entre nacionalismos de base cultural y de base política. Y la clave de los primeros es que suelen basarse en una identidad cultural común, en un nacionalismo que a menudo suele definirse como de tipo étnico por esa base cultural común que se puede decir forma una etnia propia, y el factor totalitario implícito en este tipo de nacionalismo es que cuando creas un Estado en base a una identidad cultural mayoritaria, creas automáticamente minorías que potencialmente quedan sin representación o sin poder en la práctica para articular sus intereses. Con lo que paradójicamente das lugar a la misma situación de la que los independentistas se quejan, es decir, se quejan de ser una minoría marginada dentro de un Estado y reclaman su propio Estado donde serán mayoría, pero crearán nuevas minorías dentro de su nuevo Estado que podrán hacer la misma reclamación que antes hacían ellos.
Otro problema, relacionado con el anterior, es que cuando se crea un Estado en base a un nacionalismo cultural, la política tiende a articularse en torno a problemas culturales y no en base a problemas meramente políticos, administrativos o como quieras llamarlos. Y de nuevo es otro motivo para temer la creación de mayorías totalitarias que defiendan sus intereses culturales y marginen a las minorías de signo distinto.
Esto no quiere decir que en los Estados creados en base a una nación política no pueda haber problemas con las minorías o abuso por parte de las mayorías en el Estado, pero en España, sin ir más lejos, tenemos un sistema político que permite la sobrerrepresentación parlamentaria de las minorías nacionalistas, lo que les ha dado un gran poder, y ahí tenemos el ejemplo de la mayoría de gobiernos españoles que han dependido del apoyo de grupos nacionalistas para formar gobierno, grupos que han obtenido importantísimas contraprestaciones por ello.
Sin embargo, aunque no estoy a favor del derecho ilimitado de autodeterminación en base a la existencia de una nación cultural en un territorio por todo lo dicho, sí estoy a favor de una descentralización cada vez mayor. No cabe duda de que en el origen de la Constitución se había previsto una descentralización mucho más profunda de lo que finalmente ha habido. Hay que profundizar en la descentralización fiscal y administrativa a las distintas comunidades autónomicas, y dentro de cada autonomía, hay que acercar los mecanismos de gestión en una mayor descentralización municipal. La persistencia de la actual tutela paternalista de la administración central sobre las distintas autonomías, como si fuesen una entidad más competente y responsable, carece de sentido.