Mensaje
por astigmata » Viernes 06 de Septiembre de 2024, 12:53
Vale. Vamos al momento actual Roped.
Sigo en mis trece como Benedicto. La frase del Gatopardo es muy sabia, "Cambia todo para que todo siga siendo igual".
Cada variación en la legitimidad de poder ha necesitado algo suficientemente potente cómo para avasallar la base de poder que era fundamento de la anterior. Si tiras abajo la república, no puedes declararte dictador perpetuo, porque eso no es aceptable, si puedes en cambio declararte Princeps Senatus, decir que defiendes la "esencia" republicana, y mientras tanto vaciarla de poder, consolidando con el tiempo algo distinto, ahora la soberanía no está en las instituciones, está en la dinastía gobernante, de ahí pasas a depender del ejército, pero de primeras no puedes trasladar la base abruptamente, los pretorianos necesitan poner a Claudio de emperador, porque tiene vínculo familiar, pero esta justificación de jefatura se va agrietando, y ya en el siglo III son los generales los que imponen su dinastía porque tienen el poder real, se ha caído la careta, y solo se mantiene en el poder la familia que es capaz de defenderlo teniendo a su lado los soldados.
Queda el imperio como concepto, pero está desmembrado, ahora los poseedores del poder real no son imperiales, pero tampoco pueden asumirlo por si mismos, se declaran legados del imperio, hasta el más exitoso de ellos logra del Papa reconocimiento como restaurador del imperio occidental, y esto mueve de nuevo el sustrato de poder, ahora supera la base imperial, se vuelve sacro, es una base cristiana lo que hace a los reyes ceñirse la corona, pero si el Papa te pone en entredicho tienes un problema.
La sociedad se va secularizando, la iglesia pierde prestigio, y Lutero rompe con todo, pero tampoco puedes hacer un salto mortal, así que el putero de Enrique VIII ha de recurrir a lo conocido, asume la jefatura de la iglesia, y los príncipes alemanes, mantienen el vínculo de fe y estado, pero eso si, gracias a la reforma, cada cual el suyo reforzando la autoridad de cada soberano sobre el estado pues ya no dependen de un agente externo como la iglesia católica. Sin embargo, nada dura para siempre, ahora el soberano es fuente de poder, pero no lo es por su vínculo sagrado de un modo tan intenso, lo es como gran padre benefactor, se da una evolución trasladando el núcleo gravitatorio, pues ahora el poder va asumiendo un compromiso, concentra el poder como tutor del pueblo y aquí aparece, pero solo como agente pasivo.
Se gobierna para el pueblo, pero sin contar con él. Este modelo va crujiendo porque el poder real está en el dinero, y los que lo poseen y lo prestan no tienen acceso al poder efectivo, pero lo desean, no pueden romper la inercia, pero si pueden comprar títulos nobiliarios, emparentarse con estos, y esto socaba la base del modelo aristocrático de sangre, no cuela y se abre el camino a otro viraje, es el pueblo el soberano, por tanto adiós cabezas coronadas, cada país a sus ritmos, pero va sucediéndose ese dominó. Ahora tenemos al pueblo al mando, teóricamente, pero sigues teniendo muchos que no lo ven, muchos siguen anclados en la legitimación de Dios, que más o menos la había respetado el absolutismo y la aristocracia togada, otros ven como los cuadros de mando tradicionales han sido despachados por quienes no tienen ancestros más ilustres que el campesino medio, y esto hace que sea una autoridad menos respetada, así que tienes que imponer al estado con fuerza y sugestión, arrasas a La Vendée y los Carlistas porque el dinero manda más que la tradición, pero no es suficiente, así que opones a Dios y viejas costumbres algo más potente que el dinero, y ahí encajas la nación, haces que el dinero se travista de tópicos, signos, y elementos aglutinadores que hacen que el poder no sea usurpador, sino verdadera jefatura representante de un ente soberano, no manda el dinero, dicen, manda la nación, por tanto es un poder compartido, ustedes son los soberanos, nosotros, meros gestores.
No es el fin de la historia Roped, esto va a seguir, porque siempre siguió. Las naciones son útiles a quienes poseen el poder real, y este se manifiesta a través del estado, que es lo que fue y será, y la nación dejará de ser practica en algún momento, porque otros superarán esos límites y otro tótem será su trampolín. Lo intentaron los socialistas/comunistas con la internacional obrera mundial, pero les salió regu, primero no era un concepto suficientemente potente como pelele del poder para sustituir la nación, hubo que recular y adaptarse, los regímenes comunistas, es decir, sus cuadros de mando, adoptaron rasgos nacionalistas para sostenerse en el poder, pero además, su base de legitimidad quedó muy en entredicho ante la competencia frontal de los estados capitalistas de legitimidad nacional que, con el estado del bienestar, servían mejor al trabajador elevando sus condiciones de vida que su versión alternativa. Otros vendrán, y tendrán su escalera, será la libertad individual más allá de fronteras, será el gobierno mundial sobre la base de una humanidad multicultural, o será lo que quieras que ni imaginamos, pero, como en el Gatopardo, los que tienen el poder real, lo seguirán teniendo, solo encontrarán el vestuario que mejor les encaje para conservarlo.
2º asunto, el origen del estado. No no hay un precedente nacional hay una confluencia de intereses. La sociedad paleolítica nómada tenía vínculos supra familiares, imprescindibles para superar la endogamia, esto genera historias compartidas, un idioma común, ritos funerarios, aprendizaje y trasmisión de técnicas de caza, recolección y de factura de herramientas líticas, pero no se trata de círculos cerrados, hay un fluir, el clan del este tiene lazos con el central, el del norte y el del sur, pero no tan directos con el del oeste, y a su vez, ese clan es el punto central de otros cuatro, y la trenza se sigue enlazando, los ritos se dispersan, igual que costumbres idiomas y vínculos familiares, no hay una línea nítida, lo híbrido y en transición es norma. Es la sedentarización lo que hace crecer la diferencia, el círculo se cierra, crece la endogamia, hay necesidad de organizar el territorio y se da la estatalización, distribución de trabajo, jefaturas más férreas defensa del territorio y competencia entre proto-estados que no pueden simplemente moverse, pues se han sedentarizado. El estado sobre un solo territorio tiene menos contactos externos, los rasgos más comunes se repiten, se abre brecha con estados cercanos hostiles, pues hay menos contacto, ahí aparece una cultura más variada, estrechamente vinculada al estado, y el estado alrededor del recurso que lo generó y el entorno geográfico que marca sus fronteras defendibles.