Mensaje
por astigmata » Miércoles 11 de Diciembre de 2019, 19:14
No puse ese "arreglo" por fastidiar, pero si resulta molesto, poco elegante o desafortunado tomo nota para no volver a hacerlo. Ahora, el sentido de mi mensaje iba al pelo, de lo que Dabicito acusa a la Voz, es de lo que Lendoiro precisamente adolece, un afán de protagonismo desmedido y una identificación indisoluble del Deportivo con su persona.
Si, sin la era Lendoiro, el Deportivo, en mi caso, no se hubiera distinguido del Racing, Sporting, o Zaragoza, si quieres, no tengo problema en reconocer algo que por otra parte es una obviedad en muchos de los que no somos gallegos. Eso es una cosa, otra es que, tras décadas de seguidor del equipo, no me siento preso de un juramento de vasallaje para con Lendoiro. Hizo un equipo fuera de órbita, lo mantuvo durante años de gloria y disfrute para nosotros los aficionados, pero también cometió errores, entró en una deriva mesiánica contra todos, contra todo, incluso contra la lógica y acabó sus años en el club siendo un problema tan grande como grande fue su impacto en la historia del club durante sus primeros años.
De algún modo me viene a la cabeza la historia de Cayo Mario, reformó el ejército romano, fue 7 veces Cónsul, salvó la república de los Cimbrios y Teutones, se convirtió en el primer hombre de Roma por sus propios méritos y tras él se congregaron cientos de fieles que le tenían por un general invulnerable, pero... en su vejez no soportó el crecimiento de quien fuera su subalterno Sila, le quiso quitar la guerra de Asia, maniobró con los tribunos de la plebe para hacerse con el imperium y llevó a Roma un ejército de mercenarios que masacraron a civiles inocentes ya presa de una posible demencia senil. Si, sin Mario no quedaría Roma, pero su mala digestión de la edad y el paso del tiempo con su natural alejamiento del poder emborronó su legado y dejó un regusto amargo.
Hacer las cosas bien, muy bien, excelentemente bien no es un escudo para no ver, no criticar, no cuestionar y finalmente no apoyar a quien en su momento fue imprescindible, Lendoiro lo fue, del mismo modo que ahora es un problema para el equipo, que es el mio por él, pero que ahora, lo es por si mismo, y lo que quiero y deseo es su prosperidad, y Lendoiro está muy lejos de proporcionarla.