David Mella, 11

[Reogalego13]

Iba ser yo, te marcas un Gabri Veiga, tres años forrándote como un salvaje en ese país y luego a fichar por un Oporto de la vida, pero con 30 millonazos netos en el banco a los 24 años.

No estoy de acuerdo con tu idea del dinero y me alegra que Mella, si.
Hay un punto en el que el dinero deja de ser libertad y se convierte en una jaula de cristal muy cara.
Cuando un deportista de élite cruza la barrera del millón de euros al año (y sabe que le quedan al menos diez temporadas por delante), la vida básica está más que resuelta: casa pagada, hijos en los mejores colegios, padres y hermanos sin preocupaciones económicas, viajes, seguridad. A partir de ahí, cada euro adicional no compra más tranquilidad; compra complicaciones.
El problema no es ganar mucho, es no saber parar. El cerebro humano está cableado para perseguir más, y cuando ya no hay necesidades reales que cubrir, inventa retos artificiales: «voy a invertir en criptomonedas», «voy a montar un restaurante con mi cuñado», «voy a comprar cinco pisos para alquilar», «voy a abrir una discoteca en Marbella». Y ahí empieza la espiral.
Ejemplos sobran y duelen:
Adriano, el emperador de Roma, ganó en su día más de 15 millones al año. Hoy vive de alquiler en la favela, rodeado de los mismos problemas que quería dejar atrás.
Ronaldinho salió del Barça con más de 100 millones acumulados. Hoy debe dinero a Hacienda y ha estado en la cárcel por deudas de menos de dos millones.
Antoine Walker, tres veces All-Star en la NBA, ganó 108 millones de dólares en su carrera. En 2010 se declaró en bancarrota porque tenía 12 coches, una plantilla de 11 personas en casa y jugaba a póker con apuestas de 200 000 $ la mano.
Diego Armando Maradona murió con un patrimonio neto negativo: mansiones embargadas, joyas confiscadas y deudas millonarias.
Boris Becker, ganador de seis Grand Slams, acabó en la cárcel en 2022 por ocultar 2,5 millones en una quiebra fraudulenta.
¿Por qué pasa? Porque cuando tienes demasiado dinero y demasiado tiempo libre, la dopamina busca emociones fuertes. Compras un yate → quieres uno más grande → lo alquilas para sacar rendimiento → pierdes dinero → compras otro negocio para compensar → redoblas la apuesta → pierdes más → entras en pánico → tomas decisiones peores. Es la misma mecánica que la ludopatía, solo que con ceros de más.
Y lo peor: cuanto más tienes, más gente vive de ti. Amigos de toda la vida se convierten en «socios», primos en «representantes», novias en «inversionistas». Decir que no se vuelve imposible porque has repetido mil veces «yo ayudo a los míos». Al final, el dinero no te corrompe directamente; te rodea de gente que sí está dispuesta a corromperse por ti.
Conclusión: ganar dinero es maravilloso. Pasar necesidades es una mierda que nadie debería vivir. Tener la nevera llena, la calefacción encendida y a los tuyos cubiertos es una bendición que muchos no tienen. Pero cuando ya estás en el millón al año durante una década, el siguiente millón no te hace más feliz; solo amplifica tus defectos y multiplica tus riesgos.
Los futbolistas que se arruinaron lo saben mejor que nadie: la vida no es el saldo bancario, es lo que haces cuando ya no necesitas trabajar más. Y ahí, curiosamente, los que más tuvieron suelen terminar descubriendo que nunca tuvieron bastante.

No te quito razón, ahora bien, 3 años en Arabia como Gabri Veiga, 30 millones netos en el banco y jugando europa en un club bicampeón de champions league como es el Oporto a los 24 años. Mal no le ha salido, desde luego que no. A poco que juegue medio decente lo fichará un inglés de parte alta de la premier.

[Ou2]

Ni eso, Padri Veiga estuvo año y medio allá

[Reogalego13]

Ni eso, Padri Veiga estuvo año y medio allá

Y se decía mucho que se iba a joder la carrera y nunca mas volvería a la élite por eso y mirale, en un equipo bastante mas grande que el Celta.