Es un tema que daría para escribir manuales, y soy consciente de que la opinión a la que haces referencia puede sonar algo rígida o simplista. Mi intención es únicamente reflejar lo que observo en los ámbitos en los que me muevo, como la música y el voleibol.Filotas escribió: ↑Domingo 08 de Junio de 2025, 8:06Interesante… puedes desarrollarlo más?riazoj escribió:Lo sé por experiencia. Se debe a dos cosasThe Driver escribió: ↑Sábado 07 de Junio de 2025, 21:45Ni mucho menos esa es la razón principal, sino el aprendizaje implícito que esos hijos de futbolistas hacen desde su infancia. Igual que un niño gitano no tiene por lo general estímulos para leer con fluidez mi hijo tampoco los tiene para motivarse con una pelota.
1- Genética. Suelen heredar la inteligencia táctica, físico etc etc de los padres/madres
2- Aprendizaje. Los padres les enseñan todo lo que rodea al fútbol y como entrenar para mejorar las condiciones innatas que ya tienen.
Tengo clarísimo que si el hijo de Fran saliese, yo que sé, autista, en la vida habría jugado al fútbol.
Cuando indago un poco y me encuentro con un joven que destaca notablemente —ese jugador que en categoría infantil ya lo quieren llevar a la selección española para hacer pruebas, por ejemplo—, a menudo percibo que sus padres también poseen una habilidad innata para el deporte. Suelen ser progenitores que destacaron previamente en diversas disciplinas deportivas, ya sea fútbol, baloncesto, tenis, etc. En general, son personas con una buena psicomotricidad, coordinación y sentido de la posición en el espacio, por ejemplo, algo que se evidencia incluso al verlos jugar de forma casual.
Obviamente, no se trata de una ley física inquebrantable como la velocidad de la luz en el vacío. Soy consciente de que un buen profesor puede ser clave para que un niño que a los 10 años no recepciona bien, destaque en esa habilidad a los 15, en cadetes, y se convierta en un jugador prometedor. También reconozco la importancia fundamental de la pasión y la actitud hacia el juego.
Otro aspecto crucial es el optimismo, y en mi humilde opinión, esto también se hereda. Me refiero a esa cualidad de la persona que, pase lo que pase, siempre piensa que tendrá suerte, que las cosas le irán bien en la vida. Es la esperanza y la convicción de ser capaz de lograr lo que se propone. Realmente, aquellos que tienen la fortuna de ser así, ya sea por haber nacido en el entorno adecuado o por herencia genética, poseen el mayor tesoro que uno puede tener en la vida, en mi opinión.
Doy por finalizadas mis intervenciones sobre este asunto, ya que considero que el tema es complejo y no abordable en un foro. Pido disculpas si alguien se ha sentido ofendido; fui un poco brusco al expresar alguna frase en mi mensaje anterior.