El mío, ya lo he contado alguna vez, fue un Deportivo-Ensidesa (de Avilés) también en Tercera. Era un rival clave para el ascenso y se ganó 1-0.
Lo gracioso es que aún no vivía aquí. Mi padre había logrado plaza en la Residencia desde Montreal (para disgusto de mi madre, que estaba encantada allí, él siempre quiso volver). Tuvo que venir para firmar el contrato y arreglar papeleo (incluido piso) y se llevó así hijo mayor (con la excusa de facilitar a mí madre el trabajo con los dos pequeños, pero supongo que también para buscar un aliado).
Y él, que era de Sarria y a quien siendo niño llevó un hermano mayor (le llevaba 17 años) varias veces a ver el Deportivo desde Lugo, y quedó fascinado con Acuña, cogió dos entradas de Tribuna (no había Superior ni Inferior) para un deporte que no había visto en mi vida. Y me encantó.
Y acabamos viviendo en una calle pegada al campo (Almirante Cadarso). E incluso jugué un año (bueno, más bien entrené) con lo que sería benjamines del Deportivo en el campo de tierra de Maratón. Pero como no me dieron las oportunidades que me merecía ( y no estaba Edinho para reclamarlas
) lo dejé.
Luego me enganché al Atletismo, con el CAC y años después al hockey en el Club del Mar, además de un pequeño paso por el balonmano como portero de refuerzo y en un par de clubes modestos.
Y como contó alguien por ahí, aunque era socio de Especial Niños, mi padre me llevaba casi siempre con él a Grada Elevada.
De adulto fui a Maratón Superior y desde 1990 a Preferencia Inferior.