Mensaje
por Yukio » Viernes 16 de Mayo de 2025, 11:31
En el mundo del fútbol se ha impuesto la filosofía más egoísta: lo único que importa es el culo propio. Esto siempre produce el mismo resultado. El poderoso se hace más poderoso, la horizontalidad se aniquila y el débil se acostumbra a vivir con las migajas, hasta el punto de sentirse agradecido. Como un fractal, se replica tanto en las grandes estructuras (UEFA, Superliga de Florentino Pérez), como en las intermedias (la Liga de Tebas) y llega a las pequeñas (Deportivo, como club).
Benassi y Soriano están en puestos de cierto poder, en los que además se cruzan inevitablemente los intereses de la entidad para la que trabajan con los suyos propios (medrar, manejar influencias, enchufar amiguetes). Esto va a ser así estén ellos u otros, salvo casos de vinculación emocional muy fuerte que son cada vez más extraños. La cuestión es qué pesa más en la balanza día a día, si lo que interesa al Deportivo o lo que les interesa a ellos personalmente. Yo hace tiempo que veo claro que todas las decisiones que toman estos dos pasan por el filtro de su interés personal y la perpetuación de su posición y sus privilegios, desde las renovaciones de futbolistas hasta los fichajes, la gestión de la cantera o la eliminación de disidencias internas y liderazgos incómodos. Lo hacen porque es su trabajo, pero no lo hacen para hacer un buen trabajo.
Por supuesto que no pueden dedicarse descaradamente en exclusiva a sí mismos porque durarían dos días (dejarían de ser útiles para el que está por encima), pero lo que sí hacen es trabajar para sí mismos aparentando que trabajan para el Deportivo. En el mundo del fútbol profesional tampoco se puede aspirar a mucho, pero quizá sí a contar con personas que trabajen para el Deportivo aunque mantengan preocupación por su propia trayectoria, que es lo mínimo exigible. Benassi y Soriano, como todos los que actúan como ellos, creen que son tan listos que pueden sostener el teatrillo mucho tiempo y seguir ganando lo suficiente en los terrenos de juego como para perpetuar su propio negocio. Pero cuando tomas reiteradamente decisiones pasándolas por el filtro de tu interés personal, los resultados se terminan resintiendo más pronto que tarde. Lo que ocurre es que esto no es problema para ellos, que en 5 minutos empiezan a pensar en huir y empezar de nuevo en otro sitio. El problema es para el Deportivo, que es donde quedará la tierra quemada que dejen.
El fútbol está montado de tal manera que es prácticamente imposible que el Deportivo aspire a títulos. Ganará más o menos, pero hoy por hoy, lo de los trofeos es fantasía. Por eso yo intento no dar importancia extrema a resultados que, en el fondo, son poco trascendentes, porque el techo está más o menos claro. Me importa más estar razonablemente conforme con los procesos internos del club. Aunque quizá, siendo propiedad de un banco, esto sea más fantasioso todavía.