Mensaje
por astigmata » Martes 21 de Julio de 2015, 23:50
Es que claro, el tema de nuestra relación con los animales es muy espinoso.
Los toros es relativamente fácil, el animal muere boqueando sangre rodeado de humanos aplaudiendo, claro es una imagen poderosa, que produce rechazo, más, cuanta menos relación tienes con este tipo de festejos, por eso en culturas ajenas les resulta inverosímil que aún haya corridas de toros, mientras en entornos en los que los toros son parte del ocio no les llega esa misma sensación de rechazo, ya que desde su perspectiva se trata de un combate en el que el animal, -que no va voluntariamente al ruedo-, tiene la posibilidad de luchar por su vida (una posibilidad minúscula en realidad), pero al fin y al cabo es una opción remota de la que no gozan las vacas de matadero...
Por que claro, si te pones a pensar desde un punto de vista de respeto a otras especies inicias un camino de larga trayectoria. Los toros son parte de un espectáculo, y claro, eso es una buena línea que marcar para separar lo "ético de lo infame", pero si nos ponemos del lado exclusivamente animal, que haya espectáculo o no, pues oye, como que tampoco es muy relevante.
Y se puede ir más allá. ¿Qué pasa con las mascotas? en teoría un animal de compañía, un gato, un perro, un periquito, no sufren, pero... tampoco tienen libertad, ¿es moral entrenar a un caballo para que pasee con estilo?, o los perros pastores, en si dan un servicio al humano sin que el perro haya aceptado este tipo de relación, sino que le viene impuesta de nacimiento por el hecho de ser de otra especie...
Es complejo. Una cosa que he leído alguna vez es que no hay que humanizar a los animales, no se puede trasladar directamente la forma de sentir el mundo de un ser humano a otro animal, sin embargo sufrir, todos sufrimos, físicamente sin duda, otro tipo de sufrimiento no se si todos los animales, pero seguro que vivir encerrado crea algún tipo de tensión en un animal de zoo, por ejemplo, aunque coma todos los días y nadie le pegue.
Me figuro que el futuro de la humanidad es evitar en lo posible toda interacción con la naturaleza, para no interferir en esta, pues la capacidad de dominio y sometimiento de los humanos ya es tan grande, que si queremos dar a la empatía con otras especies el más alto grado de respeto no nos quedará otro remedio que alejarnos de ella para no perjudicarla.