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por Aglaca » Sábado 08 de Abril de 2023, 8:42
El problema de las cagadas de Rubén, Pantilimon y demás porteros comparadas con las de cualquier otro jugador de campo es que son irreversibles y tienen un efecto psicológico brutal que impacta en el resto del equipo de una forma clave. Ni Albentosa ni Guilherme ni nadie impactó al equipo del modo en que lo hicieron los porteros ese año.
Yo creo que de lo que no se dan cuenta es de que las cagadas de los porteros hacían que el equipo jugase con una presión terrible atrás porque no podían conceder absolutamente nada. Un portero decente está ahí para salvar los errores de la defensa para que puedan jugar tranquilos y que así los defensas sean capaces de priorizar las zonas a defender y cubrir las opciones más peligrosas para el atacante dejando, por ejemplo, que tengan opción de tirar desde muy lejos o desde una zona sin ángulo a costa de cubrir otras opciones más peligrosas, como que el delantero pueda regatear hacia el área y ponerse en posición para dar un pase al punto de penalti o driblar hacia dentro para llegar a una mejor posición de tiro desde la frontal del área. Nuestra defensa no podía priorizar de esa manera porque cualquier tiro entre los tres palos podía ser gol. Si dejaba a un contrario disparar sin ángulo desde el pico del área, podía ser gol, como nos lo metió un portugués del Valencia en Riazor en un tiro raso al primer palo que creo que se le coló al portero entre las manos. Si le dejaban tirar de lejos, podía ser otra cantada, como contra el Sevilla cuando se tragó aquel tiro lejano que le pasó bajo el sobaco en lo último decente que hizo Krohn-Dehli como futbolista profesional o aquel otro disparo que nos hicieran que pareció un golazo hasta que se vio que había entrado por el centro de la portería y al que Rubén no había llegado en un simple salto vertical por hacer un escorzo ridículo. Si forzaban al rival a meter un centro globo al área, corrían el riesgo de que el portero se la tragase y dejase la portería vacía, como contra la Real, creo, en aquella famosa salida ridícula en la que chocó de forma ridícula contra un rival y se cayó al suelo. Si paraban un contraataque en falta, se arriesgaban a que nos la metiesen de cualquier sitio como en San Sebastián, creo que fuera Illarramendi, con un tiro de 40 metros o contra el Celta, contra quienes también cantó, o como Pantilimon contra el Atlético, cuando se comió un tiro de falta que podía parar solo con estirar el brazo perdiendo el partido en el minuto 90 en Riazor creo que en el primer partido de Cristóbal. La defensa no podía conceder cualquier remate de medio pelo porque se arriesgaban a que el portero regalase un rechazo al delantero rival, como Rubén le regaló a Benzemá creo que en el primer partido de Liga o Pantilimon le regaló a un atacante del Betis en el Villamarín. Y luego le sumas la autoexpulsión de Koval, que no sé ni como definirla. ¿Cómo pretenden que los defensas jueguen bien? Todos los goles vienen siempre porque alguien concede algo, pero es que ninguna defensa puede cubrir absolutamente todo y ese era exactamente el trabajo que se veían obligados a intentar hacer por tener porteros de papel.
No he mirado nada, solo he tirado de memoria y me han salido Valencia, Sevilla, Real Sociedad, Celta, Atlético, Madrid, Betis, el partido del gol por el centro de la portería con salto de la rana y el de Koval. ¡Son 9 partidos con cantadas grotescas del portero tirando de memoria de una temporada que pasó hace seis años! Una cuarta parte de los partidos de la temporada. Si vamos uno a uno, ¿cuantos partidos nos saldrían? Diría que podemos acumular fácilmente quince partidos en los que el portero regala goles. Eso es un 40% de los partidos regalando goles. Por mucho que los defensas jugasen mal, no se están dando cuenta de que nadie puede defender bien con ese nivel de presión. No hay ningún equipo que pueda lidiar con ese nivel de concesiones bajo palos, absolutamente ninguno. Por eso descendimos, única y exclusivamente por eso, el resto de factores que contribuyeron tiene un peso insignificante al lado del nivel de los porteros y, en algún caso, viene dado a raíz de las propias pifias de los porteros.